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Es otra vez ese momento del año. Todos estamos haciendo balances, sacando cuentas, planificando o planeando que hacer para el 2026.

En mi caso, el balance que me planteo no es tanto económico, sino más bien profesional. Todos los trabajos que hice el 2025 estuvieron en un nivel tremendo. Creo que terminé de aprender las pequeñas cosas que hacen la diferencia en lo que respecta, por lo menos, a bicicletas. Eso básicamente todo lo que pienso de lo que pasó en el 2025 en mi taller. 

Sin embargo, a medida que estudio y me preparo más en ciertas áreas y al ver a colegas siempre refiriéndose a nuestro oficio o a lo que hacemos como "arte", me surge la pregunta de si esto es así o no. Esto es lo que más me interpela en el sentido de "hacer un balance" este año.

Personalmente, me gusta mucho el arte. Sobre todo disfruto más que nada de la pintura (claramente) y la literatura. Mi opinión, supongo es bastante sesgada y un poco bastante mía.

La artesanía y el arte se tocan en el punto en el cual, no se puede ser artista sin ser también un buen artesano (al menos en este rubro), pero no son la misma cosa.

Considero que la artesanía requiere un nivel técnico que el arte no tiene porque tener necesariamente. Es la manipulación de la materia prima con maestría. El dominio del color y de las técnicas y materiales con las cuales se aplica. La excelente manipulación de las herramientas. Todo ese conjunto aplicado a la terminación de un proyecto lo más cercano posible a la perfección.

La mayor parte del trabajo que llega o se pide son copias de lo que hacen las marcas. Esto un poco me molestaba cuando empecé, pero el mercado uruguayo, también es un poco así. "Que parezca lo más original posible así no pierde mucho valor de reventa". Pasa también con los autos, la gente pide casi la misma plata por algo usado que por lo que sale nuevo (para mi no tiene sentido). La gran mayoría somos muy buenos artesanos y logramos los mismos diseños y la gran mayoría de las veces con muchas mejores terminaciones que en fábrica.

Sin embargo, creo que ser artista va más allá de ser buen artesano. Podemos dominar a la perfección el oficio y aún así, entregar cosas que no transmiten nada. Ni siquiera por la paleta, ni por el diseño, ni en ningún sentido. 

Entonces, mi "balance" de fin de año no es solo a modo profesional, es un poco también a modo de deseo. Porque creo que Montevideo se merece tener más cosas lindas y rodearnos más de arte, de cosas que inspiren y que hagan que también podamos ser "turistas en nuestra propia ciudad". Que abandonemos un poco el gris (metafóricamente hablando) y nos metamos en todo lo que el color nos puede dar.

Espero que cada uno de ustedes nos de a todos un poquito más de arte y belleza para este 2026. Saludos a todos.

Tokio Design.





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